jueves, agosto 6

¿Por qué ____?

A partir de la lectura de "¿Por qué escribo?" un texto que George Orwell relata acerca de las razones de su vocación, decidimos crear nuestra propia versión de algo que nos guste. 

   Desde chica siempre tuve un especial afecto hacia el arte. Amaba hacer dibujos y regalárselos a mis seres queridos, amigos, familiares. Me fascinaba salir de compras en verano para preparar mis útiles escolares, ya que las cajas de lápices, fibras y crayones llamaban curiosamente mi atención.

   Comencé como todo niño con dibujos muy básicos, el sol era un círculo con líneas, los árboles parecían más bien un palito de algodón de azúcar y las personas… bueno, las personas eran papas con cuatro extremidades y una carita sonriente. Poco a poco fui progresando, creció un interés en mí acerca de lo que después de un tiempo supe que se lo llamaba Naturaleza Muerta. Copiaba algo que estuviese sobre la mesa, y de vez en cuando era algo exigente conmigo misma, anhelaba que mis dibujos se vieran igual a la realidad como había visto en varias imágenes de los calendarios que me daba mi abuela. Me era incomprensible a esa edad cómo los pintores sin manos podían… bueno, pintar. Decían que los pies e incluso la boca eran muy útiles para ellos.

   A los ocho años, entré en el taller de arte que ofrecía mi colegio luego de clases. Se trataba de hacer todo tipo de manualidades con cosas que para mí en realidad no tenían nada que ver con el arte, desde CDs sin utilidad hasta los tachos de cartón de dulce de leche. Asistí a él por dos años y luego lo dejé ya que, en ese entonces, era solo para los que quisieran concurrir y estuvieran en los primeros tres años de la primaría. Tres años después, comencé a tomar clases de arte con once años en la casa de una mujer que le enseñaba a un pequeño grupo de chicos. Pero eso no duró mucho. Los trabajos que hacíamos en realidad no me entretenían tanto como lo esperaba, eso no era lo mío y lo sabía. Todavía estaba buscando eso que me atrajera de la manera en que no quisiera dejarlo ir, es por eso que al año siguiente me cambié de profesora una vez más antes de comenzar la secundaria. 

   Empecé a pintar cuadros, descubriendo por fin que el óleo y el pincel podían ser mis nuevos amigos. Primero uno, luego otro y otro y así hasta decidirme por cubrir las paredes de mi casa. Actualmente sigo pintando allí, y con casi siete años de experiencia, puedo decir que el empezar a pintar me ha cambiado mucho. Ya con trece años me comenzó a interesar la música. Tocaba en el piano de mi abuela las canciones aprendidas en el colegio y luego algunas que buscaba en las partituras viejas de mi padre a pesar de que se me hacía tremendamente difícil leerlas. Tiempo después se apareció mi papá con una guitarra y no dudé acerca de mis ganas por aprender a tocarla. Así que bien, toco el piano, algo de guitarra y amo con toda mi alma pintar.

   Me han dicho muchas veces “Te gusta mucho el arte ¿No es cierto?”. Y yo siempre respondí asintiendo con la cabeza y con un “¿Por qué no habría de gustarme? Si el arte está en todo lo que nos rodea, con solo fijarte bien podés darte cuenta”. Ya me lo veo venir cuando después me preguntan “¿Pero por qué?”. Y esa es algo difícil de responder. Todo artista sabe una cosa: la palabra arte solo es el tronco del árbol, de ella brotan muchísimas ramas. El arte es la pintura, el arte es la música, es la escultura, el teatro, la escritura, la construcción y la cinematografía. Todo eso y mucho más es el arte. Varía desde lo significativo, hasta lo más insignificante en la vida cotidiana.

   Sin embargo, yo personalmente prefiero la pintura. ¿Por qué? Por lo que quiere todo pintor.

   Mostrarse: Exponer públicamente lo que uno es capaz de hacer, la facilidad que uno tiene para ello y lo increíble que se ve cuando uno lleva a cabo algo que se termina como uno quiere, además de que los demás lo reconozcan. El orgullo de decir “Eso lo hice yo”.

   Expresarse: Como bien dijo Pablo Picasso “La pintura es solo otra manera de llevar un diario”. Tener un lugar en el que se vuelcan tus sentimientos con naturalidad. Hasta a veces, inconscientemente elegimos los colores de nuestra obra con respecto a nuestro estado de ánimo.

   Autocontrol y Privacidad: Varias personas dicen que los artistas se ven como locos, sin embargo para mí es todo lo contrario. La pintura es un cable a tierra que misteriosamente te mantiene concentrado y calmado. Relajas tu mente para que las ideas fluyan, así que… ¿Qué mejor que terminar un viernes en clases de arte? Aunque suene raro, es una de las mejores formas de olvidarte de todas tus preocupaciones, como cuando te sumerges en la lectura de un libro y no quieres separarte de él. Oscar Wilde una vez mencionó “El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido”

   Otro POV: Sí, hacer que las personas vean las cosas de lo que llamamos otro Point Of View u “otro punto de vista”. El lado de las cosas que uno suele ignorar casi siempre es el punto sensible y hermoso que nosotros los artistas nos apasiona rescatar.

   Lo que todo pintor y yo queremos es que nuestro nombre perdure, el poder ser visto por alguien, más allá de si le guste lo que hagamos o no, ya que cada tres personas puede haber tres visiones diferentes. Lo sé por experiencia propia, uno puede recordar algún momento, otro centrarse en algún detalle y otro solo ver el resultado de la unión de todos esos componentes. Creo que mi entusiasmo me ha llevado a querer dejar una marca… Literalmente.


2 comentarios:

  1. Excelente trabajo. La redacción del texto y su desarrollo es impecable. Lográs comunicar tu pasión de forma clara, exponiendo argumentos y recuerdos variados que ayudan al lector a imaginarse cada situación. Felicitaciones por tu trabajo y dedicación.

    10 (diez)

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  2. Fascinating blog entry! My hat to you!!!

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