sábado, junio 3

Una parte de ti que te hace humano



"¿en qué consiste tratar a las personas como a personas, es decir, humanamente? Respuesta: consiste en que intentes ponerte en su lugar. Reconocer a alguien como semejante implica sobre todo la posibilidad de comprenderle desde dentro, de adoptar por un momento su propio punto de vista. Es algo que sólo de una manera muy novelesca y dudosa puedo pretender con un murciélago o con un geranio, pero que en cambio se impone con los seres capaces de manejar símbolos como yo mismo. A fin de cuentas, siempre que hablamos con alguien lo que hacemos es establecer un terreno en el que quien ahora es «yo» sabe que se convertirá en «tú» y viceversa. Si no admitiésemos que existe algo fundamentalmente igual entre nosotros (la posibilidad de ser para otro lo que otro es para mí) no podríamos cruzar ni palabra. Allí donde hay cruce, hay también reconocimiento de que en cierto modo pertenecemos a lo de enfrente y lo de enfrente nos pertenece... Y eso aunque yo sea joven y el otro viejo, aunque yo sea hombre y el otro mujer, aunque yo sea blanco y el otro negro, aunque yo sea tonto y el otro listo, aunque yo esté sano y el otro enfermo, aunque yo sea rico y el otro pobre. « Soy humano -dijo un antiguo poeta latino- y nada de lo que es humano puede parecerme ajeno.» Es decir: tener conciencia de mi humanidad consiste en darme cuenta de que, pese a todas las muy reales diferencias entre los individuos, estoy también en cierto modo dentro de cada uno de mis semejantes. Para empezar, como palabra... "
-Fernando Savater

Cuando se trata de la donación de órganos, el sentimiento definido es la empatía, el poder ponerse en el lugar del otro sin importar aquello que me hace diferente de la otra persona. 


El video trata de una chica que sufrió un accidente de tráfico en su motocicleta, el impacto fue mortal no logró sobrevivir. Su madre, cuando aún se encontraba abrumada por el dolor de la pérdida fue informada acerca de la posibilidad de donar los órganos de su hija. No tomo la idea completamente en cuenta hasta que vio a aquella chica en la camilla que se encontraba en la espera de un trasplante. Como en el texto se menciona, la mujer tuvo "conciencia de su humanidad" puesto que cuando la vio lo primero que pensó fue "Debe de estar sufriendo", "Necesita ayuda", "Yo puedo ayudarla", vio a una joven de la que no le importó su tono de piel "...aunque yo sea blanco y el otro negro" dice el texto.



En una competencia entre rivales es cliché escuchar el "¿De qué lado estás?". 

La vida y la muerte son dos claros opuestos, decir estar "En el lado de la vida" equivaldría a afirmar "Me opongo a lo inhumano". Y no es que sea inhumano morir, puesto que es parte del ciclo de la vida de tanto los seres humanos como todos los seres vivos; sino que inhumano, moralmente define a la crueldad, a la insensibilidad, la ignorancia y la indiferencia. El acto humano entonces refiere al acto de amor, de solidaridad y compasión. En el momento que la madre de Ana ve el cartel  de la donación de órganos al bajar del ascensor comprendió por completo que a aquella chica, podía hacerle un bien, aún sin siquiera conocerla. "Reconocer a alguien como semejante implica sobre todo la posibilidad de comprenderle desde dentro, de adoptar por un momento su propio punto de vista".



Cuando se habla de “Donación de órganos” se plantea una diferencia entre el acto médico y el acto social. Uno trata del transplante en si, de la operación que se lleva a cabo por decenas de profesionales rodeando una camilla. Lo segundo, en cambio, habla de la decisión de donar, que en caso de no ser dicha por el donante en vida, pasa a ser responsabilidad de los familiares. 



Fuera de el aspecto semántico de la palabra, donar es un acto de amor que demuestra con acciones lo que significa "ser persona".

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